viernes, 29 de febrero de 2008

El origen del proletariado y los movimientos obreros


Etimológicamente, la palabra proletariado procede de la terminología que se utilizaba en la antigua República de Roma para designar a una de las clases sociales que integraba el campo de los plebeyos. Se refería a los ciudadanos libres que no poseían otra propiedad que la de su propia prole. En su sentido moderno, se refiere a una de las clases fundamentales de la sociedad capitalista caracterizada porque sus integrantes carecen de propiedad sobre los medios de producción y se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder subsistir. El proletariado, tal como lo entendemos en la actualidad, nace en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII aunque no toma conciencia de clase hasta comienzos del siglo XIX.
La Revolucion Industrial Britanica a finales del XVIII generó transformaciones económicas y sociales que se hicieron latentes a comienzos del siglo XIX. La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la producción de bienes y servicios; esta mecanización del proceso productivo supuso una serie de cambios fundamentales: el proceso de producción se fue especializando y concentrando en grandes centros denominados fábricas; los artesanos y las pequeñas tiendas del siglo XVIII no desaparecieron pero fueron relegados como actividades marginales; surgió una nueva clase trabajadora que no era propietaria de los medios de producción por lo que ofrecían trabajo a cambio de un salario monetario (el proletariado); la aplicación de máquinas de vapor al proceso productivo provocó un espectacular aumento de la producción con menos costes.
El desarrollo del capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Durante la revolución industrial las condiciones de vida y trabajo obreras fueron miserables: las jornadas de trabajo “normales” eran de 15-16 horas diarias las cuales se realizaban en unas condiciones de total falta de higiene (altas temperaturas, humedad, falta de luz,…); la “libertad de contratación” permitía el brutal empleo de mano de obra infantil (a mediados del XIX en la industria textil británica el 45% de los obreros eran chicos de entre 10 y 18 años); los empresarios burgueses, en un sistema de libre competencia, buscaban el máximo beneficio a base de reducir gastos pagando salarios ínfimos (como el éxodo rural a la industria continuó a lo largo del siglo, nueva mano de obra llegaba continuamente a las ciudades, aumentando la competencia entre los obreros por ocupar puestos de trabajo, y obligándoles a aceptar bajos salarios); las condiciones de disciplina en el trabajo dependían totalmente de la voluntad de los empresarios (ellos establecían el reglamento y el sistema de multas, sanciones y despidos por su incumplimiento); la avalancha de campesinos sin tierras sobre las ciudades, convirtiéndose en proletarios, hizo que las ciudades creciesen de un modo anárquico, con barrios obreros mal trazados, densamente poblados, llenos de chabolas y sótanos habitados, sin condiciones higiénicas, lo que facilitaba el desarrollo de enfermedades;….
Frente a esta difícil situación social que creó el capitalismo, se generaron reacciones que buscaban aliviar los conflictos entre el capital y la explotación de la que eran víctimas los obreros. Este tipo de reacciones se materializaron en los llamados movimientos obreros:
Ludismo
Aunque desde los inicios de la industrialización se registra una notable oposición de los obreros artesanos a la introducción de máquinas (se las culpaba de la existencia de desempleo), las primeras formas de protesta obrera se detectan en Gran Bretaña en la segunda década del siglo XIX cuando surge el conocido Movimiento Ludita (o Ludismo), nombre que deriva de un personaje -real o inventado- llamado Ned Ludd, cabecilla de este movimiento de protesta que se canalizaba hacia la destrucción de la maquinaria, y que pronto se extendió por varios condados de Inglaterra donde la industria textil se había convertido en la principal manufactura. Finalmente el gobierno inglés condenó a muerte a quienes participaron en la destrucción de las máquinas, llegando incluso a utilizar al ejército para detener las grandes oleadas de obreros que se enfrentaba a los patronos.
Cartismo
El llamado Movimiento Cartista supone una versión más organizada del Movimiento Obrero y se desarrolló entre 1837 y mediados del siglo XIX. Debe su nombre a la denominada Carta del Pueblo, documento que llegó a conseguir la firma de cientos de miles de obreros y que era una petición elevada al Parlamento en la que se pedía el sufragio universal, el voto secreto, la igualdad en el valor de los votos,... En definitiva, revelaba el deseo de democratización del sistema político británico: el movimiento obrero desea participar en el juego político y desde ahí mediante la presentación de leyes en el Parlamento, mejorar las condiciones de vidas de los obreros industriales. Desde mediados de siglo este movimiento irá perdiendo fuerza progresivamente, aunque paradójicamente, en años posteriores, el Parlamento Británico adoptará la mayor parte de las peticiones recogidas en la Carta del Pueblo.Hay que recordar que la legislación británica (leyes aprobadas en 1799 y 1800) prohibía de una forma terminante la formación de asociaciones obreras, pues se consideraba que estas asociaciones chocaban con el espíritu del liberalismo económico: debía ser el mercado quien fijase los salarios y no la presión de los sindicatos. Pero a pesar de estos obstáculos legales surgieron diversas formas de asociacionismo obrero sostenidas por las cuotas que pagaban los trabajadores y que pretendían, ante todo, ofrecer protección para los asociados en caso de accidente o enfermedad.
Trade Unions
A partir de 1824 las leyes británicas autorizan el asociacionismo obrero que darán origen a lo que podemos considerar los primeros sindicatos de obreros, las llamadas Trade Unions, en las que en principio se unían los trabajadores con un mismo oficio en una localidad. En la década de los 1830s esas asociaciones profesionales y locales se fueron uniendo entre sí hasta formar enormes asociaciones que a mediados de siglo agrupaban a cientos de miles de obreros británicos de todos los oficios. La huelga, la negociación colectiva pacífica y, cuando lo permitan las leyes electorales, la participación en política, serán los instrumentos de los que se valdrá el sindicalismo británico para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
Socialismo
Paralelamente a estos movimientos obreros surgieron numerosos críticos del sistema capialista, los cuales hicieron que aparecieran nuevos y/o distintos sistemas de propiedad comunitaria, como por ejemplo el socialismo utópico, el socialismo corporativo, el socialismo libertario (anarquistas),... . Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente al respecto fue Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización, y fue autor de El capital (3 volúmenes, 1867-1894). La obra de Marx atacaba el principio fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción. Marx pensaba que la tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades.

jueves, 28 de febrero de 2008

EXPLOTACION LABORAL EN LA UPNFM

Comunicado
Comunicamos A toda la población estudiantil y en especial al cuerpo docente de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán lo siguiente:
Estamos consientes del esfuerzo y el empeño que le dedican a su trabajo la mayoría de los docentes de esta casa de estudios, también sabemos que hay otros que son todo lo contrario dejando mucho que desear en el desempeño de sus funciones, pero en este caso nos referiremos especialmente a esos colegas que realmente están comprometidos con su trabajo y con Honduras, que aman su trabajo y dan lo mejor para difundir sus conocimientos a toda la población estudiantil.
En esta Universidad donde todo esta patas arriba, el desgano y el poco interés de las autoridades para mejorar las condiciones del sector docente donde no hay ningún tipo de incentivo, lejos de esto lo que existe es un ambiente de hostilidad y hasta podrían haber casos de persecución para aquellos que no acaten sus disposiciones, y de premio el despido laboral de esta Institución.
El incentivo mas grande que las autoridades han brindado fue el resiente aumento salarial, de un pírrico dólar, con estas mejoras salariales están fortaleciendo el espíritu de entrega de todos los docentes, ¿como es posible esto?, ¿en que mundo viven?, ¿acaso esto es una burla?, ustedes den respuesta a estas interrogantes.
También lejos de mejorar esta situación nos encontramos con las aulas repletas de alumnos(as) hasta mas de 50, saturando las pocas secciones que ya existen, ¿para que tanta austeridad?, no estamos de acuerdo a que a los docentes se les siga tratando de esta forma, es clara la explotación laboral a la que están siendo sometidos, ya de todos es conocido que esto es antipedagógico esto también no permite el buen desempeño que el docente debe tener.
Que quede claro que tampoco estamos en contra de que las aulas estén llenas de estudiantes necesitados de educación, la lógica indica que si crese la población estudiantil también debe de crecer el cuerpo de docente que los atenderá, ya sabemos que el año pasa la Universidad tuvo un excedente presupuestario de 11,000,000.00 de lempiras de este dinero basta y sobra para abrir mas secciones y contratar personal nuevo y no seguir explotando a los que ya están y a los que pueden venir.
Otro grave problema es la apertura de secciones para los alumnos de reingreso, destinando las que ya existen a los compañeros de primer ingreso abriendo “secciones de enganche” creándoles una falsa perspectiva de la triste realidad a los nuevos compañeros, y estancando a los que ya están, cuando ya sean de reingreso se darán cuenta de la triste realidad de esta Universidad.
Pueblo, docentes y estudiantes unámonos, y juntos luchemos para rescatar esta Universidad.
Universidad Pública o muerte


Historia Latinoamericana